La SMMP necesitaba almacenar también utensilios y productos de todo tipo para ser utilizados en minas y fábricas. Esta circunstancia le obligó a construir una gran nave junto al taller de desplatación desde las que se distribuían al resto de instalaciones.
Desde ellas se organizó un complejo sistema de almacenaje y distribución que utilizaba el ferrocarril para enviar los productos allí donde hicieran falta, razón por la que en el exterior disponía de vías y andenes para la carga y descarga de trenes.
La construcción del Almacén Central en 1917 restó importancia a estos almacenes, pero no por ello quedaron en desuso. Por ejemplo, en su interior estaban las oficinas del servicio de aguas de la empresa, un elemento escaso y muy importante para el funcionamiento de la industria de los Cercos. Una de las dependencias anexas de este almacén albergaba las grasas industriales necesarias para el correcto funcionamiento de las locomotoras y demás maquinaria.
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