La gran innovación tecnológica que trajo el siglo XX fue el uso generalizado de la electricidad. La SMMP fue consciente de ello y desde el principio tuvo especial interés en la producción de energía eléctrica para su venta a los municipios y ciudades que la demandaran y para electrificar sus propias fábricas e instalaciones mineras con el objetivos de hacerlas más eficientes.
Para ello construyó la central térmica, que utilizaba como combustible los menudos del carbón que no tenían otros usos, y desde la cual se suministraba electricidad a todo el norte de la provincia de Córdoba, su capital y el sur de Ciudad Real y Badajoz.
Debido a la escasez de agua de nuestra comarca, en su exterior había torres refrigerantes, hoy desaparecidas, construidas en madera de pino, para recuperar el agua evaporada. El preciado líquido procedía del Pantano de San Pedro, ubicado en el arroyo del mismo nombre y afluente del Río Guadiato.
La Central Térmica dispone de la chimenea más alta del Cerco Industrial, con 54 metros de altura, estaba compuesta por dos baterías de 24 hornos cada una y tres turbinas de 500 caballos.
La instalación fue cerrada en 1966 tras la apertura de la Central Térmica de Puente Nuevo.
Junto al edificio pueden contemplarse las únicas viviendas para ingenieros en el interior del Cerco, una para el ingeniero superior y otras dos para los técnicos intermedios. A diferencia de otras industrias del Cerco, cuyos cuadros vivían en el Barrio Francés, en la Central Térmica la presencia de los ingenieros era necesaria de forma permanente para garantizar que no hubiese caídas en el suministro por averías o cualquier otra circunstancia.
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