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TIEMPO DE MUDANZAS Y CAMBIOS DE DUEÑO

 

En la década de los 50, pese a la mejoría de las perspectivas económicas generales, asistiremos al abandono gradual de los Cercos por parte de la empresa madre, la SMMP. La lejanía de los puntos de abastecimiento de materia prima (las minas de plomo de Linares distaban 400km. por ferrocarril) y la existencia de fábricas más eficientes en la competencia como la de Los Guindos en Málaga provocan que deje de tener sentido para la empresa mantener abierta la fundición de plomo, los talleres desplatadores y los hornos de coque del primer Cerco. De este modo la SMMP desplaza paulatinamente el centro de sus actividades metalúrgicas desde Peñarroya-Pueblonuevo hacia la bahía de Cartagena. Muy cerca de allí, en Portmán, la compañía construye en 1957 el lavadero Roberto, el más grande de Europa, para tratar las miles de toneladas de tierra rica en sulfuro de plomo de las Sierras de la Unión y Almagrera utilizando alta tecnología, aunque muy dañina para el medio ambiente. Posteriormente, la mena era transportada a una fundición de plomo situada junto al Puerto de Cartagena.

El coque utilizado procedía de Asturias por vía marítima. No obstante, los Cercos de Peñarroya-Pueblonuevo en plena crisis, aún daban alguna buena noticia, como la recepción de 20 automotores diésel de la marca Billard, patente francesa, para su montaje dentro del Plan de renovación de los ferrocarriles de vía estrecha puesto en marcha por el Estado para mejorar la red de ferrocarriles secundarios y frenar el descenso de usuarios por acción del transporte por carretera. Esta decisión garantizó carga de trabajo a los Talleres Generales entre 1955 y 1958. En 1956, el ferrocarril Fuente del Arco-Peñarroya-Puertollano que antaño conectaba los Cercos de Peñarroya-Pueblonuevo con el resto de minas e industrias de Badajoz, Córdoba y Ciudad Real es finalmente nacionalizado, ante la imposibilidad de la SMMP de afrontar los costes de mantenimiento tras el descenso del tráfico de mercancías y materias primas entre las cuencas mineras del Guadiato y del Campo de Calatrava. El PyP, como era popularmente conocido en la zona, era un ferrocarril de carácter minero. Tras el cierre de la mayoría de las minas metálicas que le dieron impulso y rentabilidad, no tenía sentido para la Sociedad sostener esta infraestructura por mucho más tiempo. Éste había ido venciendo la escasez de recursos con la profesionalidad de sus empleados y la de los Talleres Generales del primer Cerco. No hay que olvidar que allí aún permanecía gran cantidad de ajustadores, caldereros, forjadores y carpinteros con una habilidad que les hacía ser reconocidos en cualquier parte de España. 

En este contexto de crisis permanente la independencia de Marruecos trae como consecuencia la falta de fosforitas marroquíes, base para el abastecimiento de los productos químicos. Éste motivo, unido a otros como el agotamiento de los filones de apatita de Logrosán (Cáceres) y la creación de una manufactura de abonos nitrogenados en Puertollano desencadenaron la venta del tercer Cerco industrial (óleum), la fábrica de ácido sulfúrico y la de productos químicos por parte de la SMMP a la Unión Española de Explosivos (UEE)en 1958. Esta empresa, dando por amortizada todas las instalaciones en muy poco tiempo construirá una fábrica equivalente, aunque más moderna, en el puerto de Sevilla, aprovechando las ayudas del Plan Nacional del Nitrógeno, puesto en marcha por el aislado Gobierno de Franco para reducir la dependencia exterior de los nitratos tan necesarios en la producción de explosivos y en la productividad del campo español. La Compañía, no obstante, realizó una reconversión productiva en los Talleres Generales que permitió fabricar nuevos productos bajo licencia de conocidas patentes extranjeras. Así, de estas instalaciones salieron los depósitos que equiparían la mayoría de fábricas de cerveza españolas, los remolques Titán o los enormes turboventiladores destinados a las fábricas de cemento, entre otras clases de fabricados menos espectaculares. Producto de estos esfuerzos de reflotación de los Talleres es el último gran edificio del primer Cerco, la Nave Nordon, que data del año 1956. En 1958 la situación de la cuenca minera es insostenible por la crisis que afecta al mercado de las hullas y la SMMP inicia los primeros contactos con el Gobierno de la nación para estudiar la posibilidad de cederle todo su patrimonio minero-industrial en el Guadiato y en la comarca de Puertollano, una vez asumida su obsolescencia y falta de competitividad, con el fin de solucionar el gravísimo problema social consecuente. Más de 2.000 trabajadores podían quedarse sin trabajo. Los contactos se transforman en decisión inapelable de cierre tras el Plan de Estabilización de 1959, que obliga a la congelación de salarios, precios y a las empresas al mantenimiento de sus plantillas, lo que hacen poco menos que ruinoso el expediente de crisis.


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