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LAS DIFICULTADES DE UNOS CERCOS REPUBLICANOS

 


El advenimiento de la República no sentó bien a los Cercos Industriales de Peñarroya-Pueblonuevo, no sólo por el cambio de sistema político cuya nueva legislación en materia laboral imponía por decreto aumentos salariales, sino por la retracción de la demanda nacional y mundial de los productos mineros, textiles, químicos y metalúrgicos.

Desde 1929 todas las industrias de los Cercos de Peñarroya cierran de manera intermitente. En los Talleres Generales se espera inútilmente la llegada de material ferroviario que reanimaría su lánguida existencia.

La Fundición de plomo, sin galenas que fundir como consecuencia del cierre de la Mina del Soldado en 1934 y otras del Campo de Calatrava estaban amenazadas de cierre. 500 trabajadores pueden ir a la calle de un día para otro. Finalmente, la intercesión de Ministerio de Trabajo y la Presidencia del Gobierno, junto a la Federación de Sindicatos de Peñarroya evitó la clausura de la fábrica por medio de un acuerdo para llevar a la fundición del Cerco galenas procedentes de las minas de Linares. También en 1934 hay que contabilizar una nueva movilización obrera, esta vez durante la Revolución de Octubre, en la que durante 5 días, los trabajadores no acudieron a los centros productivos en solidaridad con los mineros asturianos. Guardia Civil y ejército patrullaron en esos días las localidades de Belmez y Peñarroya-Pueblonuevo al tiempo que electricistas de la armada llegados desde Cádiz se encargaron de mantener en funcionamiento las dos Centrales térmicas, una en el interior del primer Cerco y la segunda en el embalse de San Pedro.

El triunfo del Frente Popular en las elecciones de Febrero de 1936 aceleró el proceso de crisis industrial iniciado por la SMMP en este sexenio. Nuevamente la Fundición de Plomo se encuentra al borde de la liquidación por parte de la empresa propietaria, que lo justifica porque los jornales superan a los beneficios.

Fuera de los Cercos, en la ciudad de Peñarroya-Pueblonuevo la sociedad civil se moviliza para atender a los cientos de parados y desahuciados de las minas y factorías a consecuencia de la crisis económica. La mujer del Director General de la SMMP, Madame Biron, puso en marcha una iniciativa de Cocina económica que repartía gratuitamente 600 comidas diarias.

El periodo 1930-1936 puede considerarse como muy convulso desde el punto de vista social y negativo desde el punto de vista económico en la Cuenca del Guadiato y, por consiguiente, en los Cercos de Peñarroya-Pueblonuevo, muy en la línea de la trayectoria del país, que se acerca de manera irreversible hacia el abismo de la Guerra Civil.

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