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CONFLICTIVIDAD OBRERA Y SALTO ADELANTE DE LOS CERCOS EN LA POSGUERRA MUNDIAL

 

La enorme fuerza laboral acumulada en tan pequeño espacio geográfico y la llegada de gentes de todas las partes de Europa facilitaban el intercambio de ideas políticas de corte revolucionario. En Pueblonuevo del Terrible se dan las condiciones ideales para la difusión de ideologías comunistas, socialistas y anarquistas, todas ellas amalgamadas bajo alguna forma de sindicalismo, las cuales pondrán a prueba la estructura productiva de los Cercos y la cuenca en numerosas ocasiones y desafiarán tanto a patronos como gobernantes entre 1917 y 1936. Entre las reivindicaciones habituales de los obreros de los Cercos se encuentran las relacionadas con la seguridad laboral y mejoras de condiciones sociales, la solicitud de aumentos salariales y la reducción de la jornada laboral a 8 horas, toda vez que el descanso dominical fue establecido por ley en 1903.

Al final de la I Guerra Mundial los precios del plomo se mantuvieron inusualmente altos en los mercados internacionales durante un año y medio más, hasta 1920, en que bajaron sin freno. La SMMP había sido una de las grandes vencedoras de la primera Guerra industrial de la historia, junto a otras corporaciones suministradoras. No obstante, ello no impidió que el excedente de mercancías, a falta de clientes, se acumularan junto a los muelles de carga de las estaciones y en los almacenes de todos los complejos industriales de la multinacional repartidos por medio mundo. Los Cercos de Peñarrroya y Pueblonuevo del Terrible no fueron en este sentido una excepción.

Como consecuencia de esto la SMMP inició una política de cierre de minas no productivas en diversos cotos metálicos de Badajoz, Murcia y Ciudad Real, así como la clausura de fundiciones. Los trabajadores de las minas carboníferas del Alto Guadiato y los Cercos de Peñarroya y Pueblonuevo del Terrible fueron sometidos a un plan de paros parciales y un agresivo ajuste salarial. Sus condiciones de trabajo también empeoraron, lo que se tradujo en un mayor número de accidentes con víctimas. La clase obrera, que empezaba a estar más organizada alrededor del recién creado Sindicato Minero de Peñarroya (1916) comenzaron a reclamar mejores condiciones de trabajo (jornada de 8 horas, mayor seguridad laboral, readmisión de trabajadores despedidos y aumentos salariales). Las huelgas de 1920 (la única victoria obrera sobre la empresa) y 1922, secundadas por la práctica totalidad de los obreros de Cerco y Minas, son los mayores exponentes de la movilización proletaria en el siglo XX en Andalucía.

La década de los 20 significó el punto de mayor madurez para los Cercos Industriales de Peñarroya y Pueblonuevo del Terrible. Toda esta conflictividad social no impidió que la SMMP acometiera reformas en la Central Térmica del Cerco en 1919, elevando su potencia, renovando los viejos grupos generadores e instalando dos turboalternadores de gran capacidad y moderno diseño con los que pudo electrificar todas sus instalaciones y su propio ferrocarril, vendiendo sus excedentes a la antigua capital del califato y a los municipios de su entorno.

Se modernizó por última vez la fundición de plomo y la falta de espacio en el sub-cerco de productos químicos por la necesidad de ampliación de la fábrica de ácido sulfúrico obligó a la Compañía a crear un tercer y definitivo Cerco Industrial, ubicado en las proximidades de la localidad de Peñarroya: la fábrica de óleum, conocida en el imaginario peñarriblense como el Oleón. El óleum es un intermediario químico importante en la manufactura de ácido sulfúrico. Aunque su construcción se inició durante los estertores de la Gran Guerra, no estuvo completamente finalizado hasta 1920.

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