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LA MAQUINILLA Y EL GDR VALLE DEL ALTO GUADIATO CREAN MATERIAL WEB PARA LA INTERPRETACIÓN DEL CERCO INDUSTRIAL DE PEÑARROYA

 




La Asociación La Maquinilla y el GDR Valle del Alto Guadiato han puesto  en marcha en fechas recientes la iniciativa  A-cércate:creación de recursos tecnológicos para la visita turística de los Cercos Industriales de Peñarroya-Pueblonuevo  con fondos de la Unión Europea  la Junta de Andalucía (Estrategia de Desarrollo Local Leader en el marco de la submedida 19.2 del programa de desarrollo rural de Andalucía).
 
Tras la edición física del cuaderno de campo de los Cercos Industriales de Peñarroya en 2018 nuestro colectivo consideró que  adaptar los contenidos del libro físico a las nuevas tecnologías podría ser una buena solución para acercar a nuestra población, especialmente a la población joven, al Patrimonio Industrial.

Por ello  hemos diseñado, por un  lado, un blog   con información relevante sobre los edificios del Cerco Industrial así como de los episodios más importantes de la historia de este complejo fabril y, por otra parte, un conjunto de  códigos QR que,  instalados en los  elementos visibles y seguros del Cerco, permiten interpretarlo de una manera amena, sencilla y autoguiada.

Los fines  principales que se persiguen con esta actuación es  mejorar el aprovechamiento  de este bien cultural,  aumentar la alfabetización digital  en la población local, incrementar  el conocimiento sobre la historia industrial de Peñarroya-Pueblonuevo entre los vecinos de la comarca,  crear un producto turístico inmersivo y sostenible,   proporcionar una  herramienta pedagógica  útil para el profesorado y el alumnado  de colegios e institutos sobre los cambios físicos, técnicos, etnográficos y sociales que produjo el Cerco en  Peñarroya-Pueblonuevo y, lógicamente,  satisfacer la curiosidad  del cada vez mayor número de usuarios foráneos que acuden a la vía verde del Guadiato y Los Pedroches, los cuales demandan  servicios turísticos relacionados  aún no cubiertos.

Las Estación de Peñarroya de vía estrecha también cuenta con un código QR con audio explicativo

 

La principal novedad de este trabajo es que cada QR, incorpora  un  audio para que sea más fácil, inclusiva,  interactiva  la visita.

Asimismo, queremos significar que este servicio  es  público y totalmente gratuito, por lo que no será necesario descargarse  ninguna aplicación de móvil  y  siendo necesario únicamente tener la cámara de un teléfono móvil. 

El punto de información histórica virtual del Cerco Industrial que hemos creado tiene la siguiente dirección: si lo que se desea es la consulta a través de cualquier dispositivo electrónico:

 https://cercopenarroya.blogspot.com/

 

Los edificios del Cerco que cuentan con  código QR son:

 

-Talleres Generales.

-Fundición de Plomo y taller de desplatación.

-Taller de Vagones.

-Fábrica de material refractario.

-Fábrica de papel.

-Fábrica de tejidos.

- Fábrica de tejidos.

-Almacén Central.

-Fábrica de abonos.

-Fábrica de ácido sulfúrico

-Central térmica.

-Pozos mineros.

-Hornos de Coque y chimeneas del Cerco.

-Fábrica de zinc.

-Antigua sede de la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya.

-Nave Nordon.

-Estaciones de Peñarroya.     

Código QR instalado en la Nave Yutera, antigua fábrica de tejidos

 

 

Desde este medio de comunicación queremos agradecer la Consejería de Agricultura y al Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo el apoyo a este humilde y creativo proyecto de divulgativo al tiempo que  deseamos a los habitantes de la cuenca minera  les sea de utilidad. 

 

 




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LA SMMP Y LA HISTORIA DEL EDIFICIO QUE NUNCA EXISTIÓ

 

Cianotipo del palacete de la SMMP que albergaría las oficinas de la fundición del Cerco y de todas las fundiciones de la compañía en España

A medida que nuestra asociación se ha ido desarrollando, esto es, desde los inicios en los que casi todo el mundo nos veía como unos lunáticos hasta hoy  que somos un un colectivo "de culto" en algunas capas de la población, se ha ido acelerando  el número de hallazgos de documentación, de planos y  objetos los cuales, bien por nuestro instinto sabueso, bien  pagándolo o bien gracias a donaciones de ciudadanos comprometidos con la causa,  nos han permitido iluminar algunos ángulos muertos  de una multinacional monopolística como  fue  SMMP y de paso medir   su dimensión  técnica, económica, propagandística y  etnográfica.

Es así como gráfico a gráfico, documento a documento, fetiche a fetiche   vamos reconstruyendo o, mejor dicho escribiendo, el verdadero relato de lo significó para nuestra zona ser un coto  particular de esta compañía industrial y minera (colonial) francesa.

Por suerte, gracias a que nuestros vecinos empiezan a entender  que La Maquinilla es una entidad con capacidad para conservar, proteger, poner en valor y difundir patrimonio industrial de todo tipo  continúan llegando a nuestras manos donaciones materiales de esta empresa  que en algunos casos  tienen alguna conexión con el presente  o  en otras  nos hablan de sueños  que  nunca se  materializaron.

En este último aspecto consideramos paradigmático y sin duda excepcional el plano cedido por María Isabel  Barquero, delineante peñarriblense felizmente jubilada en  ENCASUR, relativo al diseño de unas oficinas exclusivas e independientes  para el servicio de fundición de esta sociedad.

Sin fecha que permita datarlo, con la bendición del director de la compañía y  la aprobación del jefe de servicio de la SMMP,  las dimensiones  y el lujo que destila  permiten inferir que el edificio iba a ser  pagado por franceses,  diseñado por franceses y  para que trabajaran franceses en su interior. Bueno, algún español también entraría. En tanto que todo es terreno resbaladizo, porque sólo tenemos este trozo de papel azul, entendemos que los objetivos perseguidos con el proyecto eran, por un lado,   ofrecer un espacio a la altura de  la verdadera y más rentable vocación de la compañía como lo era el área metalúrgica y, por una parte,  hacer patente de forma física su  poderío industrial a trabajadores  y  demás  fauna financiera que visitara Pueblonuevo del Terrible  para hacer negocios.

En tanto que no se han encontrado testimonios orales ni documentos  complementarios que permitan acreditar mucho más respecto a esta singular  construcción,  el sentido común nos sugiere que  fue concebido en la oficina de planos del Cerco Industrial  al igual que la mayoría de   inmuebles contemporáneos construidos  en la etapa de mayor esplendor de la SMMP (Almacén Central, Dirección, Papelera y Yutera), es decir, durante los años previos a la I Guerra Mundial y en su desarrollo (1914-1918). Y es que para ejecutar este tipo de obras tan caras y, por qué no decirlo, tan innecesarias desde el punto de vista económico cuando puedes "apañar" a tu legión de ingenieros con unas oficinas más modestas es porque la empresa en aquel momento en que se propuso la idea plasmada en el  plano ganaba suficiente dinero como para gastarlo, que no invertirlo, en obras fabulosas como aquella.

 

Audioguía VERSAILLES - Trianon - Guía Turística | MyWoWo
El palacete no construido por  la SMMP  guarda similitudes arquitectónicas con el Petit Trianon de Veralles

 

Otros detalles como el reloj  y el par de esfinges  bajo el entablamento,   aventuramos que dedicada  al señores Charles Ledoux y Armand  Malye, indican que el emplazamiento previsto no debía   ser el interior del Cerco Industrial sino más bien un  espacio público de la colonia de  Pueblonuevo del Terrible. Se nos ocurren varias opciones: la explanada contigua  al edificio de la Dirección, hoy llena de pisos, la plaza de Santa Bárbara, arrasando evidentemente algún grupo de  viviendas-jardín del perímetro, que para eso eran suyas, o bien el bosque de casuarinas en el que posteriormente se construiría el hospital minero, igualmente de la propiedad del la empresa.

En cuanto a la tipología arquitectónica a la que corresponde, el inmueble  es un  palacete neoclásico  inspirado en el Petit Trianon de Versalles. Hay que apuntar en ese sentido que la gran mayoría de   las grandes corporaciones  industriales españolas y  europeas de la época gustaban de  construir sedes más o menos faraónicas  en las zonas nobles de las ciudades en las que desarrollaban su actividad empleando en ellas, además, otros estilos más actuales como el   modernismo o el eclecticismo. No hace falta ser muy listo  para saber que las razones que justificaban estos  iconos laborales eran la búsqueda de   prestigio, imagen,  ostentación y si no valía ninguno de los anteriores  pues porque podían permitírselo.

El palacio de la tinta, en Málaga, es un ejemplo  cercano de palacete construido por una empresa minera y ferroviaria: FFCC Andaluces   



Espacio cultural Fundacion |Arte y Cultura|Fundacion Mutua Madrileña
Un ejemplo lejano: antigua sede de la Real Compañía Asturiana de Minas en  Madrid

Hasta aquí las  razones  por las que fue pensado este bello edificio pero, ¿ Qué hay de  los motivos por los que finalmente no  fue construido? Puestos a especular consideramos que  quedó en  papel  debido a un cambio repentino, evidentemente  a peor,  de las condiciones económicas de la multinacional francesa. Entre los factores que provocaron ese cambio está el fin del lucrativo negocio  de  la Gran Guerra (1918), la implantación de la jornada de 8 horas (1919) que encareció los costes  de forma exponencial para la compañía y, por último, las exigencias nacionalizadoras del gobierno autoritario de Miguel Primo de Rivera (1923) las cuales también condicionaron el desempeño de la misma en España.

A partir de aquí y a pesar de la introducción de testimoniales innovaciones tecnológicas en  algunas industrias del Cerco todo comenzó  a ser olvido,  cierres y prisas por marcharse para la SMMP en Pueblonuevo del Terrible. Tan sólo  la intervención del Gobierno Republicano   y un país  arruinado por la guerra civil frenaron el cierre de la fundición y la huida de la SMMP de nuestra tierra.   De modo que la ambición napoleónica  de construir un bonito  palacete para  mayor gloria se dejaría para un mejor momento que nunca llegaría. Las oficinas de la fundición se mantuvieron  en el monumental  edificio de la Dirección hasta 1961, transformándose el palacete hasta 1972, como en el cuento de La Cenicienta, en una vivienda  calabaza.

El último edificio que albergó las oficinas de la fundición no fue precisamente un palacete

La historia de la humanidad está repleta de cadáveres de empresas, países y ciudades aspirantes a imperios y  de imperios que fueron pero que  dejaron de serlo. Después están los imperios y los lugares de los   que nadie conoce su paradero  porque nunca fueron. Éstos son mayoría La sede de la SMMP que nunca fue, con su reloj, con sus blasones,  con su belleza,  representa un poco de todo lo anterior: estúpida voluntad de  permanencia, más tarde  impotencia y, por último, olvido. Cuando vuelvas a ver  algún plano azul  de algo que  ya no existe o que nunca existió en tu pueblo  recuerda que el lugar en el que vives o naciste si aparece en los libros de historia.

 

Una vez más  aprovechamos la noticia de esta nueva donación  para  trasladarles  la importancia de entregar el material histórico encontrado o heredado a las  instituciones filantrópicas que velan por su custodia y conservación. Es la única certeza de  que este tenga alguna oportunidad de saltar a la siguiente generación y  de sobrevivir  en el tiempo tras nuestro paso fugaz por este amado  y a veces no tan amado mundo.

 Noticia ofrecida  por:

 



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TALLERES GENERALES DE LA SMMP

"La gran cantidad y diversidad de las actividades del interior de los Cercos Industriales de Peñarroya-Pueblonuevo unido al hecho de que esta localidad estuviese alejada de los más importantes centros de producción y distribución de materiales y materias primas obligó a la SMMP a la creación de lugar especializado no solo en el mantenimiento de minas, fábricas y ferrocarriles sino la fabricación de cualquier tipo de utensilio, pieza o maquinaria que fuese necesaria para el normal funcionamiento de las industrias del Cerco. Fue así como nacieron los Talleres Generales.

Estos talleres llegaron a tener una plantilla de hasta 488 trabajadores repartidos en 3 secciones: ajuste, carpintería y forja. Las naves de estos servicios estaban equipadas con maquinaria de muy diverso tipo así como grandes grúas-puente que se movían por carriles elevados para facilitar el trabajo de los operarios. El recinto también contaba con una fundición de hierro propia y otra, más pequeña, de bronce.

De los talleres llegaron a salir hasta coches y camiones para uso particular y sus trabajos tuvieron tal prestigio que recibían innumerables encargos tanto de España como del extranjero, para lo que disponían de diversas patentes de construcción. Igualmente, se arreglaban los vehículos militares averiados o dañados en el ejército franquista durante la Guerra Civil Española.

Entre 1955 y 1960 los Talleres Generales recibieron 20 unidades de automotores diésel de la marca Billard, patente francesa, para su montaje dentro del Plan de renovación de los ferrocarriles de vía estrecha puesto en marcha por el Estado franquista para renovar el parque de tracción de las líneas estrechas y así frenar el descenso de usuarios del ferrocarril frente al transporte por carretera.

Junto a estos talleres estaba la llamada “Casa de los Planos”, donde trabajaban decenas de delineantes e ingenieros que diseñaban construcciones, maquinaria y utensilios de todo tipo para la SMMP.

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1877: SE CREA EL CERCO INDUSTRIAL … DE BELMEZ

 


La llegada del ferrocarril a la Cuenca del Guadiato originó una segunda fiebre de apertura de pozos, el establecimiento de decenas de compañías mineras o la reventa de los activos a otras ya existentes. De todas ellas, la Sociedad Hullera y Metalúrgica de Belmez (SHMB), de capital francés y fundada en el número 12 de la plaza Vendôme de París, sería la que iniciaría el segundo cambio, esta vez de minero a industrial, de los terrenos del primer Cerco de Peñarroya al construir hacia 1877 la primera fundición de plomo y un taller de desplatación anexo en las proximidades de la estación de Peñarroya. De modo que se podría establecer este año como el del nacimiento oficial de los Cercos Industriales de Peñarroya.

El fundamento para esta operación a medio camino entre lo estratégico y lo económico y que marcaría el destino de este territorio y el de Pueblonuevo mismo vino del ingeniero francés de la Escuela Politécnica de París Charles Ledoux, que dos años antes acudió en calidad de consultor de la SHMB a la cuenca minera para tratar de optimizar el uso de unos carbones que, sin poder competir con los equivalentes ingleses y asturianos, si tenían la calidad suficiente como para ser utilizados en otros procesos de carácter industrial.

La solución propuesta por Ledoux vino planteada por medio de una reflexión que ha quedado para los anales de la historia de la comarca en forma de aforismo: “si hacen falta 10 toneladas métricas de carbón para tratar una tonelada de plomo ¿Por qué no llevar esa tonelada hacia el lugar donde se produce el carbón?”.

En efecto, Ledoux descubrió que la hulla de la Mina Terrible podía ser utilizada, una vez coquizada, para fundir las galenas de las diversas minas metálicas de Fuente Obejuna que la SHMB adquirió a la Compañía de Los Santos, así como las de otras localidades pacenses cercanas ,para obtener como producto final plomo y plata, materias primas que sí son rentables en los mercados internacionales. 


 

Esta decisión marca definitivamente el carácter industrial del primer Cerco y será la base para la instalación en los años siguientes de más fábricas en este paraje, como hornos de coque, una fábrica de ladrillos refractarios y una fábrica de briquetas. La instalación de la fundición de plomo tendría numerosas repercusiones económicas para este punto de la geografía española, pero también consecuencias sociales, representadas físicamente por el conocido popularmente como “el pito de la fundición”, que durante muchos años dictará la rutina diaria de las gentes de Peñarroya-Pueblonuevo.

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SIN TRENES NO HAY CERCOS

La existencia de numerosos y generosos pozos de carbón en un reducido espacio, unido a la ausencia de un medio de transporte eficiente que permitiese hacer competitiva la venta de carbón en los hogares e industrias del resto de España y en el extranjero facilitó la aparición de las primeras instalaciones industriales junto a éstos, principalmente fábricas de briquetas, de coque y fundiciones rudimentarias de hierro y plomo. Establecer una relación simbiótica entre los metales y el combustible fósil permitió añadir valor a unas materias primas que por separado, a granel y transportadas en carretas tiradas por mulas no tenían salida ni futuro.

Pero el problema del transporte que durante las décadas de 1840 y 1850 limitaba el potencial minero e industrial del Guadiato pronto iba a ser solucionado, precisamente por parte de los mismos hombres implicados en el negocio minero de la zona, políticos nacionales que, con intereses de enriquecimiento personal, ponían su poderosa influencia política al servicio de los Consejos de administración de estas corporaciones, a su vez participados por parte de la nobleza europea.

En la década de 1860 y 1870 se tenderán dos líneas ferroviarias de ancho español, las cuales, confluyentes en la localidad de Belmez, iban a abaratar muchísimo los costes de venta del carbón no sólo del coto Terrible y aledaños, sino de toda la Cuenca minera . Estos fueron:

1) El ferrocarril Belmez-Almorchón, construido en 1868 por la Compañía de los Ferrocarriles de Ciudad Real a Badajoz, de capital francés. Gracias a este ramal, que conectaba con la línea férrea de Ciudad Real a Badajoz, el carbón y el coque producido en el Guadiato pudieron competir con los del norte en la capital de España.

2) El ferrocarril Córdoba-Belmez, construido en 1873 por la Compañía del Ferrocarril de Córdoba a Espiel y Belmez, de capital español, y posteriormente comprado por la Compañía de Ferrocarriles Andaluces, también española. Esta empresa, que llegó a tener sus oficinas comerciales en Belmez a finales del siglo XIX, era en aquellos momentos la primera empresa minera de la cuenca del Guadiato. La infraestructura debería haberle permitido, gracias a la conexión con la línea de Córdoba–Málaga, acarrear el carbón hasta la capital de la Costa del Sol para ser utilizado en su importante industria siderúrgica así como depositarlo en el puerto para su venta como combustible para los miles de barcos que cruzaban el Mediterráneo hacia y desde Canal de Suez, de reciente inauguración. Este propósito fue conseguido sólo a medias.

Las líneas anteriores fueron conectadas en 1941 con la creación de RENFE, pasando a llamarse ferrocarril Córdoba-Almorchón. En 1974 fue cerrada al tráfico de viajeros y desde 1990 sólo permanece abierto el tramo Alhondiguilla-Almorchón para el transporte de carbón entre Puertollano y la Central Térmica de Puente Nuevo.

Posteriormente, en 1895, la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya construyó una tercera línea de vía estrecha entre el Cerco Industrial de Peñarroya y la línea Mérida- Sevilla, a la altura de la localidad de Fuente del Arco (Badajoz), con la intención de facilitar el transporte de sus productos industriales a través del puerto de Sevilla. El mencionado ferrocarril se extendió hasta las localidades de Pozoblanco y Conquista en 1906 y en 1907, respectivamente, y alcanzó su máxima longitud en 1927 con la llegada a Puertollano (Ciudad Real) y las minas de San Quintín.

Algunas características destacables de esta línea son la electrificación del tramo entre las estaciones de Conquista y Puertollano o que llegó ser la segunda línea de ancho métrico más larga de España.

La mencionada línea fue clausurada en 1970.

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UN CERCO, DOS EMPRESAS


 

El acontecimiento que iba a sellar definitivamente el destino del Cerco tal y como lo conocemos hoy ocurrió el 6 de Octubre 1881, de nuevo en el número 12 de la plaza Vendôme de París, cuando la Sociedad Hullera y Metalúrgica de Belmez cede todos sus activos dedicados al plomo y la fundición de Peñarroya a una nueva entidad denominada Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya (SMMP), la cual, a partir de esta fecha rentabilizaría todo este patrimonio.

Desde aquel momento, la SHMB se dedicaría a la extracción y venta de carbón, gran parte del cual se lo proporcionaría a su gemela, la SMMP, para la obtención de plomo.

El nacimiento de esta nueva sociedad supuso la realización de cambios desde el punto de vista tecnológico en la fundición de Peñarroya y, por lo tanto en el primer Cerco industrial, lo que también se tradujo en la multiplicación de la producción de plomo dulce por cuatro entre 1881 y 1889. En el último año la fábrica ya no daba abasto con los minerales que recibía por lo que se decidió ampliar el taller de fusión con el fin de tratar más minerales de toda su área de influencia. La culminación de estas mejoras técnicas se puso de manifiesto arquitectónicamente con un nuevo, funcional y bello edificio de ladrillo de estilo neorrománico para la fundición de plomo, inaugurado en 1891.

Los hornos de la fundición de plomo son apodados cariñosamente por los obreros con los nombres de “pavo” para el principal horno de las galenas y “pavito”, para el utilizado en la fundición de otros metales preciosos como el oro o el platino que aparecían asociados a otras menas dispersas por las explotaciones mineras del Guadiato, Badajoz, Los Pedroches y Ciudad Real.

La producción y los beneficios de esta industria llegaron a ser tales que los directivos de los Consejos de Peñarroya y la Hullera, coincidentes en la mitad de los puestos, llegaron a la conclusión de que era más operativo fusionar las sociedades con el fin de potenciar la faceta metalúrgica, ahora que la compañía de Belmez estaba estancada en su crecimiento y vendía buena parte de su producción a la de Peñarroya. La unión se concretó en forma de absorción de la primera por la segunda en 1893. La sede de esta sociedad se ubicaría en Pueblonuevo del Terrible, todavía aldea de Belmez, y que un año más tarde sería un municipio independiente.


 

El primer Cerco Industrial de la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya en 1893 estaba conformado por varios pozos hulleros entre los que destacan Terrible, Santa Rosa, Parent, Shacken, la fundición de plomo más moderna de Europa, con hornos de primera y segunda fusión, un taller de desplatación, laboratorios, una fábrica de ladrillos refractarios, una fábrica de briquetas, un gran almacén y hornos de coque, éstos últimos frente a la estación de Peñarroya. Por último, hay que mencionar los talleres de ajuste, carpintería y forja que eran necesarios en toda explotación minera y que ya en este tiempo fueron ampliados y centralizados para garantizar el buen funcionamiento de este mecano de chimeneas, castilletes, lavaderos, edificios de mampostería y ladrillo así como ferrocarriles que era el primer Cerco Industrial.

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EL CERCO INDUSTRIAL DA UN NUEVO SALTO TECNOLÓGICO: LLEGA LA ELECTRICIDAD

 


La adquisición de todos los activos mineros de que disponía Ferrocarriles Andaluces en la Cuenca minera en 1900, supuso para la SMMP, por un lado, la ventaja de disponer de más carbón para colocar en el mercado nacional y abastecer las cada vez más crecientes necesidades de su industria pero, por otro lado, el inconveniente de tener excedentes de mineral de baja calidad cuya venta era más complicada, por no decir imposible, un una coyuntura de crisis económica propia de tiempos prebélicos (I Guerra Mundial).

La solución a este problema se planteó apostando por la aplicación de una tecnología relativamente nueva en España e hija de la II Revolución Industrial: la producción de energía eléctrica. En 1902 la SMMP acometió la construcción de una Central Térmica en el interior de Cerco Industrial con el fin de abastecer de electricidad a todas las instalaciones industriales próximas a ella y las minas tanto de la Cuenca Minera del Guadiato como del distrito de galenas argentíferas de Azuaga, si bien, en este último aspecto el objetivo se logró a medias y muchos pozos de menor entidad estuvieron funcionando con vapor hasta la década de 1920.

El primer pozo en beneficiarse de este avance fue el pozo Antolín que empezó a ser perforado en 1904 y cuyas galerías fueron paulatinamente conectando con otras de pozos contiguos y del interior del Cerco como Terrible, próximo ya a su agotamiento. La central térmica del Cerco Industrial permitió al Antolín la aplicación de una máquina de extracción impulsada por un motor eléctrico. Igualmente, el sistema de frenos así como el moderno arrastre mecánico de la galería de transporte utilizaban esta energía para su funcionamiento.

La energía sobrante de la Central Térmica se utilizaba para iluminar el barrio en el que vivía el personal técnico de la Sociedad francesa y las calles más importantes de Pueblonuevo del Terrible o se vendía a municipios de los alrededores que lo demandasen.

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