Tener asegurado un caudal de agua importante era (y es) esencial para poder montar una fábrica o abrir una mina. Si lo que se pretende es crear un complejo con decenas de fábricas y minas en su interior solucionar la cuestión del agua se convierte en capital.
Todas las compañías mineras e industriales instaladas en la Cuenca minera del Guadiato se abastecían del agua procedente de los arroyos cercanos para desarrollar sus actividades, embalsándola a través de la construcción de pequeños diques o muros de tierra. La primera empresa que construyó una infraestructura hidráulica en la comarca fue la Compañía de Ferrocarriles Andaluces, mediante la erección en 1889 de un dique en el Arroyo San Gregorio, cerca de Belmez. Sin embargo, el incremento de la producción minera e industrial de la zona en las últimas décadas del siglo XIX, estimuló la construcción de infraestructuras hidráulicas de mayor capacidad.
El Río Guadiato, pese a que languidecía en verano, era la fuente de recursos hídricos más importante de la comarca. Tras la compra de todos los activos mineros a la Compañía de Ferrocarriles Andaluces, la SMMP levantó en el Río Guadiato y afluentes diversos muros de contención de agua. La infraestructura hidráulica más importante de aquellos tiempos fue la presa del Arroyo de San Pedro, con 300.000 metros cúbicos de capacidad, construida en 1900.
Posteriormente, en las dos décadas siguientes se realizaron ampliaciones con nuevos materiales como el hormigón hidráulico en todos estos embalses así como mejoras en forma de centrales eléctricas que sirvieron para dar energía al tercer Cerco Industrial de Peñarroya-Pueblonuevo, el óleum, hoy desaparecido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario